Las series son como el chocolate, ¡cuanto más merendamos más necesitamos!

Hace 20 años el séptimo arte estaba dominado por la industria cinematográfica. Ahora la tendencia se declina hacia la gran producción de series donde los norteamericanos son los reyes. Este tipo de producción está llegando a un grado de madurez comparable al del cine y los espectadores crecen y se fidelizan de forma exponencial.

¿Pero cuál es el secreto de las series?
Se comportan como el chocolate, ¡cuanto más merendamos más necesitamos!

Podemos clasificar las series en dos tipos de producciones, la serie y el serial,  la “droga dulce” y la “droga dura”. En la primera, cada episodio puede mirarse individualmente sin perturbar la trama de fondo de la narración. Un caso muy conocido de los años 80 fue Los ángeles de Charlie que posteriormente se llevó a la pantalla grande. La adicción en este tipo de series no es violenta y te podías perder un episodio sin causar grandes traumas.

Sin embargo, las grandes producciones norteamericanas actuales se pueden considerar seriales de “droga dura” donde no se puede fallar ningún episodio si no quieres perder el hilo conductor.

Los seriales actuales son dignos de la gran literatura del siglo XIX con escenas de cliffhanger que acontecen al final de cada capítulo generando el suspense necesario para fidelizar la audiencia hasta el siguiente.

El suspense, cincelado con gran maestría por los dueños del 7º arte ahora se utiliza con gran habilidad en los seriales para jugar con los espectadores y tenerlos en vilo horas, días y semanas.

Escenas rápidas con condimentos de sexo y violencia combinados con diálogos inteligentes y sentido del humor nos hacen permanecer enganchados al sofá para no perder detalle y seguir el ritmo.

La imagen del guionista aislado tiende a desaparecer, ahora el trabajo se reparte entre una veintena de autores, cada guionista se ocupa de hacer evolucionar un personaje, algunos desarrollan las intrigas, otros la psicología de sus héroes. Se organizan verdaderos grupos de reflexión orquestados por un showrunner que es a la vez guionista, productor y director de reparto: Matthew Weiner (Mad Men, Soprano), Katie Jacobs (Dr. House).

Una industria capaz de desbloquear presupuestos colosales y atraer a actores del 7º arte como Kevin Spacey que ya ha iniciado su andadura en este terreno con la serie de gran éxito House of Cards.  Con la capacidad de realizar audiencias comparables a partidos de fútbol (Dr. House reúne hasta 9 millones de telespectadores), los seriales tienen un presente y futuro prometedor.