Calafell, uno de los pueblos con mayor afectación por las lluvias y ahora por el temporal de mar y viento

Àngels Sala, editora Ambientech (Calafell, 20-10-23)

Después de los efectos de la última borrasca con grandes lluvias en Catalunya, el protagonista hoy es el viento y la mala mar. Tal como cuenta la televisión pública catalana (TV3), la costa catalana se enfrenta estos días a un importante temporal de mar y viento. En muchos casos, el retroceso de la playa de las localidades costeras de Catalunya ha sido considerable, en especial en la Costa Dorada.

El pasado 16-10-23, Calafell fue uno de los pueblos con mayor afectación por las fuertes lluvias que alcanzaron 115,4 litros por metro cuadrado. Este temporal lluvioso ha sido reemplazado ahora por un temporal de mar y viento con un gran impacto en las playas y su mobiliario. El agua ha alcanzado fácilmente el paseo y ha entrado en las tiendas, restaurantes y otros que se encuentran a pie de playa. Los daños ocasionados son grandes y todavía no se puede definir el coste económico que este temporal ha ocasionado. Chiringuitos en la playa, puestos de SOS, espacios de información, columpios… han quedado destrozados, acercándose el agua peligrosamente a la luminaria del paseo.

La mayor pérdida la protagoniza la playa. Demasiados metros cúbicos de arena desaparecidos que han hecho aflorar en la superficie antiguas zapatas que soportaban el peso de la terraza del hotel Miramar, deconstruida hace ya varias décadas. La aparición de estas estructuras junto con otras son el testimonio de la extensión de arena esfumada.

¿Por qué hemos llegado a esta situación?

En 1973, se construyó el Puerto de Segur de Calafell. Esta infraestructura alteró el litoral cercano y provocó, a lo largo de los años, una gran erosión de la playa, lo que resulta en la pérdida de arena y reducción de su espacio. En 1993 la situación era límite y el ayuntamiento de Calafell optó por traer una gran cantidad de arena para recuperar la playa perdida. Después de 30 años, los temporales intensos y cada vez más frecuentes han provocado que volvamos a encontrarnos en una situación límite similar a la de 1993.

¿Estamos a tiempo o ya vamos tarde para encontrar una nueva solución?

En abril de 1984, el señor García i Serra, arquitecto, licenciado en Ciencias Físicas, Químicas y Naturales y con estudios en oceanografía presentó en el ayuntamiento de Calafell un proyecto que aportaba una solución para salvar la regresión de la arena que él preveía que iba a suceder en un futuro. El Sr. García advirtió que si no se realizaba ninguna acción, el agua del mar podía llegar al paseo y hacer desaparecer la playa por completo, siendo necesario, en el peor de los casos, la construcción de un rompeolas vertiendo grandes cantidades de rocas paralelas al muro del paseo para evitar que el mar se lleve las casas.

Para recuperar la arena de la playa, García propuso construir una línea en el mar paralela a la playa a base de pivotes en forma de prisma con base hexagonal. Tal como se muestra en la imagen, estos pivotes se deberían colocar alternativamente de forma horizontal y vertical a unos 200 metros de la playa. Este tipo de alineación tiene en cuenta las diferentes corrientes que vienen de mar de fondo de manera que podría acumular parte de la arena que trae el mar de fondo y parar la arena que proviene de la playa cuando se produce un temporal.

En 1984, el ayuntamiento de Calafell no consideró necesario realizar este tipo de acciones. García i Serra no falló en sus predicciones, quizás la solución que presentó hace casi 40 años sea un gran acierto. La combinación de la propuesta de pivotes del Sr. García junto con la regeneración del biotopo marino pueden ser un punto de partida a una posible solución, ya que, una pradera de posidonea en el mar, una planta que cuenta con raíz, tallo, hojas, frutas y flores, también puede retener arena y disipar la fuerza del oleaje ayudando a proteger la línea de costa.

Es el momento de estar abiertos a estudiar todas las propuestas y evaluar las soluciones más adecuadas que nos protejan de los temporales que se prevén cada vez más fuertes y frecuentes.

Si queremos conservar la playa, es preciso que la administración local y, a través de la Dirección General de la Costa y el mar, el Ministerio para la Transición Ecológica y el reto Demográfico de España se pongan manos a la obra y busquen una solución a este impacto ambiental.