El curioso fenómeno del Sol en los meses de verano en los círculos polares

En el verano boreal, países como Finlandia, Rusia, Dinamarca o Canadá reciben luz solar prácticamente todo el día.

¿Por qué se produce este maravilloso espectáculo?

La inclinación del eje de rotación de la Tierra es la responsable de que nuestros vecinos del norte estén permanente iluminados en esta estación del año.
Observa atentamente esta animación y verás como gira la Tierra alrededor del Sol y se forman las 4 estaciones del año.

Si observamos la animación vemos como el Sol ilumina los polos de la Tierra las 24 horas del día en el verano boreal (polo norte) o el verano austral (polo sur). Cuanto más al norte nos encontramos, la luz no se apaga y el día se hace eterno. A medida que descendemos de latitud este fenómeno disminuye. Sin embargo, mientras en el verano boreal la iluminación es total en el invierno austral la oscuridad es completa y viceversa!

Pero, ¿cuáles son las consecuencias para los animales que viven sin noche en verano y sin día en invierno?

Los animales estamos gobernados por nuestro ritmo circadiano, es decir, nuestro reloj biológico que regula las funciones fisiológicas del organismo. Estas funciones se repiten cada 24 horas y coinciden con los estados de sueño y vigilia. Evidentemente, las horas de vigilia coinciden con la luz solar y las horas de sueño con la noche. La segregación de hormonas como la melatonina según percibamos luz u oscuridad permite controlar nuestras horas de sueño.
Cuando recibimos luz solar las 24 horas del día (verano polar) o bien vivimos en permanente oscuridad (invierno polar) se produce un desajuste en nuestro ritmo circadiano que puede ocasionar serias dificultades, desorientación, enfermedades o incluso la muerte.
Pero, ¿cómo se han adaptado los animales y personas que viven en las zonas cercanas a los polos terrestres?
Varios estudios muestran, por ejemplo, que los renos (Rangifer tarandus) hace tiempo que “desconectaron” su reloj biológico de manera que sí que reaccionan a la luz solar pero no poseen ciclos temporales controlados a lo largo de un día por mecanismos automáticos y la adaptación a los días perpetuos en verano y las noches interminables en invierno ha sido posible. Lo mismo ocurre con algunos roedores (ardillas, ratones o castores) que han adaptado sus ritmos circadianos aprovechando la hibernación. En general, la evolución durante miles de años ha permitido que numerosos animales hayan modificado sus ritmos circadianos para adaptarse al clima, la luz del verano y la oscuridad del invierno que se producen en los dos polos de la Tierra.

Y los humanos, ¿también nos adaptamos?

Nuestra adaptación no es tan evidente como la de otros animales. La mayoría de la población que habita regiones cercanas a los polos terrestres se adapta a la luz solar del verano y la noche perpetua del invierno. Así, la sensibilidad a la melatonina, la hormona principal de nuestro ritmo circadiano, varía según el periodo del año para equilibrar su producción ante el exceso o defecto de luz.

Sin embargo, numerosos habitantes de estas regiones necesitan consumir antidepresivos (como por ejemplo, carbonato de litio) cuando llegan los inviernos fríos y oscuros. Esta situación es todavía más palpable en los visitantes que llegan a los países nórdicos, ya que no logran acostumbrarse a los cambios de luz, se suelen sentir desorientados, despertándose en verano con la sensación de llegar tarde, faltos de sueño y con una sensación de cansancio o agotamiento general difícil de superar.

Para más información sobre más características de nuestro planeta Tierra puedes consultar las siguientes actividades educativas:
El sistema Solar y el Planeta Tierra
Explorando el cambio climático