Aiguasol y las comunidades energéticas: un modelo de empoderamiento ciudadano
La urgencia climática, la crisis energética global y la dependencia de fuentes fósiles nos obligan a repensar profundamente cómo producimos, usamos y compartimos la energía. Hoy, más del 80% de la energía que consumimos en el mundo proviene de combustibles fósiles, responsables de más del 70% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). A esta realidad se suman los efectos sociales y económicos de la volatilidad del precio de la energía y los intereses de las grandes corporaciones, que acentúan las desigualdades y amenazan la seguridad energética de millones de personas.
Ante este desafío, en AIGUASOL, empresa especializada en servicios de ingeniería, consultoría energética e investigación, llevamos 25 años trabajando para acelerar dicha transición desde el conocimiento técnico, la cooperación y la innovación a nivel global.
Una transición energética real no puede construirse solo desde la tecnología: requiere de una transformación cultural y social que dé el control de la energía a las personas. Por eso, uno de nuestros ámbitos prioritarios es el impulso de comunidades energéticas (CE). Creemos que el futuro de la energía debe ser distribuido, participativo y justo. La energía no es un producto: es un derecho esencial.
¿Qué son las comunidades energéticas?
Las comunidades energéticas son una forma colaborativa y democrática de gestionar la energía. No se trata solo de grupos que comparten paneles solares o autoconsumo colectivo: son proyectos ciudadanos, donde vecinos y entidades se organizan para decidir cómo se produce, se consume y se gestiona la energía.
Estas comunidades pueden:
- Compartir energía renovable generada en instalaciones de uso colectivo (como placas solares o aerogeneradores, entre otros) significa que los miembros de una comunidad energética consumen conjuntamente la energía que producen entre todos
- Comprar colectivamente leña, bicicletas o electrodomésticos eficientes
- Rehabilitar viviendas para hacerlas más sostenibles
- Reducir el consumo y mejorar la eficiencia energética
El objetivo principal es hacer de la energía un derecho, no una mercancía, con criterios sociales, ambientales y de justicia.
Casos de éxito en Aiguasol
En AIGUASOL conceptualizamos, asesoramos e impulsamos comunidades energéticas que fomentan la autonomía, la cohesión social y la participación activa de la ciudadanía. Utilizamos herramientas digitales propias —como Join Energy, una aplicación que facilita la gestión de comunidades energéticas de forma intuitiva— y participamos directamente en proyectos ejemplares como la comunidad energética de la Bordeta (Barcelona), que suministra energía renovable de autoconsumo a aproximadamente unas 300 personas.
Otro caso de éxito es la comunidad energética Ekogella (Ispaster, País Vasco), a la cual hemos acompañado dentro de la iniciativa europea LOCALRES, en el estudio de su viabilidad técnica y económica para asegurar el éxito del proyecto y transformar Ispaster en un municipio más verde y autosuficiente.
Estas iniciativas no solo transforman la forma en que se produce y consume la energía, sino que también fortalecen el tejido social y democratizan el acceso a los recursos energéticos renovables y sostenibles.
Principales barreras para la creación de CE
En Aiguasol hemos detectado cuatro grandes bloques de obstáculos que las comunidades energéticas deben superar:
1. Sociales
Mucha gente percibe el mundo de la energía como un tema técnico y complejo. Además, hay poca cultura de participación en este ámbito. Por eso es clave:
- Hacer formación y divulgación accesible
- Promover la participación con una mirada ecofeminista y de justicia energética
- Desarrollo de herramientas digitales, como Join Energy, que acerquen y faciliten la comprensión y gestión de las comunidades energéticas a la ciudadanía
2. Económicas
Estos proyectos requieren inversiones iniciales: placas solares, sistemas de calefacción, rehabilitación de edificios… Pero hay pocas ayudas, y conseguir financiación es complicado.
Es necesario:
- Apoyo público o privado en las fases iniciales
- Más subvenciones, acceso a financiación ética (como Coop57) y fondos no reembolsables
- Mecanismos que aseguren que todas las personas puedan participar, independientemente de su situación económica
- Concienciar acerca de la rentabilidad económica que ofrecen las comunidades energéticas, además de sus beneficios sociales y ambientales
3. Administrativas y legales
Actualmente, en España aún no se ha aprobado una normativa clara sobre comunidades energéticas, a pesar de existir un borrador desde hace dos años. Ante esta falta de regulación estatal, comunidades como Galicia, Aragón y Euskadi han creado sus propias normativas para dar seguridad jurídica a los proyectos locales.
Es esencial establecer un marco legal común que impulse la transición energética, especialmente en zonas rurales, y que permita a las entidades locales —actores clave para la viabilidad y sostenibilidad de estos proyectos— asumir competencias en materia energética y facilitar procesos como la cesión de activos.
4. Técnicas
Algunas normas limitan lo que se puede hacer:
- Solo se puede compartir energía dentro de un radio de 2 km (en Francia, llega
- hasta 20 km en zonas rurales)
- Límites de potencia: No se pueden superar los 100 kWn si se quiere compensar excedentes, lo que dificulta incluir grandes consumidores o proyectos de gran escala.
El papel clave de la administración pública
Los ayuntamientos pueden ser grandes aliados para las comunidades energéticas. En La Bordeta y Ekogella, este apoyo público ha sido clave para sacar adelante los proyectos. ¿Cómo?
- Cediendo espacios públicos para instalar paneles solares
- Ofreciendo asistencia técnica y simplificando trámites
- Apoyando económicamente la rehabilitación de edificios
- Involucrando asociaciones vecinales y entidades locales
Sabemos que hay numerosos desafíos, pero también muchas oportunidades. Este es un momento decisivo para cambiar el rumbo y en AIGUASOL queremos seguir siendo un agente activo en esta transición. Seguiremos construyendo alianzas, desarrollando soluciones y acompañando proyectos energéticos que reduzcan el impacto ambiental, fomenten la autosuficiencia y mejoren la vida de las personas.